Femicidio

Hoy, cuando me levanté atrasado para ir a a las clases de Amigo y, en definitiva, me dio paja asistir, caché que hubo un "nuevo caso de femicidio" y que sería "el segundo caso en menos de tres días".

La historia era simple. Un crimen pasional. La mujer habría terminado con su novio y este la iba a buscar a su trabajo en el Mall Plaza Norte en Huechuraba, con la finalidad de conversar lo acontecido. De ahí en adelante la historia es predecible. Seguramente la mina le dijo las palabras mágicas: " No te quiero más". Fin de la historia, el hombre reacciona con ira y la degolla. Lástima que no se haya suicidado.

Pero lo complejo de esto es cuando se pone en el tapete esto como fenómeno social, cuando uno, en realidad, tiende a verlo como hechos aislados.

Pensemos que se han asesinado a personas durante toda la historia de la humanidad por distintos motivos. Bajo esa premisa, nos resulta complicado entender que hoy exista un complejo masivo, un complot organizado o, por último, una tendencia social por parte del masculino contra el sexo contrario.

Este tipo de anuncios no podrían ser más anacrónicos puesto a que surge la problemática del machismo exacerbado en un Chile que se encuentra en un status del "Chile menos machista de toda su historia" si lo comparamos con la sociedad nacional en toda su historia anterior. Signo claro de ello es la existencia de una Presidenta de la República. Se han derribado grandes pilares -no todos, claro está- pero me resulta complicado hablar de que "el machismo contraataca".

Lo único que podría ser es que, con las nuevas mujeres, se le ha robado un poco el rol protagónico a los hombres, y estos se sienten despechados. Pero aún así esa explicación sería poco científica y, eventualmente, absurda y rebuscada.

Lo peor de todo es que los medios y las autoridades lo impactan con ese acento. "Fenómeno social".

Pienso que, en realidad, el machismo se está reinventando en Chile a través de los medios, impregnándole a las teleauditoras el miedo a hacer valer el poder sobre sí mismas porque su novio o la pareja la puede asesinar, tal como le pasó a la guatemalteca de la foto.