(por Pablo Inostroza)
Lamento no atañer a la bienvenida de los mechones ni a las eternas reflexiones que sobre el ingreso a la Universidad se hacen todos los años. Pero la situación del pueblo mapuche me parece de mayor urgencia en estos momentos.
Como es sabido en el mundo de la contrainformación, del que muchos de nosotros nos alimentamos, el 12 de octubre iniciaron una huelga de hambre seis prisioneros políticos mapuche reclusos en la Cárcel de Angol, por el caso Poluco-Pidenco, que corresponde a la reocupación de los fundos homónimos en el año 2004, penalizados por la Ley Antiterrorista (Ley 18.314). El 15 de diciembre depusieron la huelga, salvo dos de los presos políticos: Héctor Llaitul y Patricia Troncoso. Es decir, estos dos compañeros llevan 11 semanas sin ingerir alimentos. 78 días.
No sólo los medios masivos no han cubierto esta movilización, sino que hace unas semanas en La Tercera apareció en la portada una fotografía de un carro policial en la comuna de Ercilla adornada por la amenazante noticia "Temucuicui: la conflictiva comunidad mapuche donde la policía busca a ex-lautaristas". La criminalización de esa comunidad, probablemente la más militarizada de la región de la Araucanía, está siendo justificada con la falaz sospecha de que los imputados por el asalto al Banco Security se encuentren allí. En la nota del diario de Saieh, los dirigentes mapuche desmienten lo afirmado, en un párrafo de menos de 10 líneas.
En el cuerpo C de El Mercurio de ayer, viernes 28 de diciembre, aparece una noticia que titula: "Grupo especial de inteligencia investigará ataques armados". Iván Fredes y Patricio Gómez, los periodistas que hicieron la nota, añaden además un inciso en el que figura: "Estrechan cerco policial a nuevo líder de CAM". CAM es la sigla de la Coordinadora Arauko-Malleko, organización que reúne a diversas comunidades mapuche, en su mayoría cercadas y asediadas por la policía y empresas forestales o mineras. Sus dirigentes han sido encarcelados y los que quedan están casi todos clandestinos.
En las declaraciones del director general de la institución policial, José Bernales (que ocupaba el cargo de jefe regional de la Araucanía cuando el mayor Marcos Treuer de FF.EE. asesinó de un balazo de escopeta al mapuche de 17 años Alex Lemún) manifestó, según EM, "hay que trabajar con inteligencia policial, igual como se trabajó años atrás". Si el director de la policía manifiesta que se utilizarán los métodos de inteligencia de los años anteriores, que acabaron con la vida del compañero Alex Lemún, ¿qué se puede esperar de la policía? La misma policía que asesinó solamente en este año a Rodrigo Cisternas en el mismo sector, durante las protestas contra los bajos salarios de las empresas forestales.
Están anunciando la muerte y la represión. Que la cruz de los brazos sea nuestra última respuesta. No podemos tolerar esta situación represiva, vestida de civilidad y ley, con sangre de bestia y sed de hiena.
Lamento no atañer a la bienvenida de los mechones ni a las eternas reflexiones que sobre el ingreso a la Universidad se hacen todos los años. Pero la situación del pueblo mapuche me parece de mayor urgencia en estos momentos.
Como es sabido en el mundo de la contrainformación, del que muchos de nosotros nos alimentamos, el 12 de octubre iniciaron una huelga de hambre seis prisioneros políticos mapuche reclusos en la Cárcel de Angol, por el caso Poluco-Pidenco, que corresponde a la reocupación de los fundos homónimos en el año 2004, penalizados por la Ley Antiterrorista (Ley 18.314). El 15 de diciembre depusieron la huelga, salvo dos de los presos políticos: Héctor Llaitul y Patricia Troncoso. Es decir, estos dos compañeros llevan 11 semanas sin ingerir alimentos. 78 días.
No sólo los medios masivos no han cubierto esta movilización, sino que hace unas semanas en La Tercera apareció en la portada una fotografía de un carro policial en la comuna de Ercilla adornada por la amenazante noticia "Temucuicui: la conflictiva comunidad mapuche donde la policía busca a ex-lautaristas". La criminalización de esa comunidad, probablemente la más militarizada de la región de la Araucanía, está siendo justificada con la falaz sospecha de que los imputados por el asalto al Banco Security se encuentren allí. En la nota del diario de Saieh, los dirigentes mapuche desmienten lo afirmado, en un párrafo de menos de 10 líneas.
En el cuerpo C de El Mercurio de ayer, viernes 28 de diciembre, aparece una noticia que titula: "Grupo especial de inteligencia investigará ataques armados". Iván Fredes y Patricio Gómez, los periodistas que hicieron la nota, añaden además un inciso en el que figura: "Estrechan cerco policial a nuevo líder de CAM". CAM es la sigla de la Coordinadora Arauko-Malleko, organización que reúne a diversas comunidades mapuche, en su mayoría cercadas y asediadas por la policía y empresas forestales o mineras. Sus dirigentes han sido encarcelados y los que quedan están casi todos clandestinos.
En las declaraciones del director general de la institución policial, José Bernales (que ocupaba el cargo de jefe regional de la Araucanía cuando el mayor Marcos Treuer de FF.EE. asesinó de un balazo de escopeta al mapuche de 17 años Alex Lemún) manifestó, según EM, "hay que trabajar con inteligencia policial, igual como se trabajó años atrás". Si el director de la policía manifiesta que se utilizarán los métodos de inteligencia de los años anteriores, que acabaron con la vida del compañero Alex Lemún, ¿qué se puede esperar de la policía? La misma policía que asesinó solamente en este año a Rodrigo Cisternas en el mismo sector, durante las protestas contra los bajos salarios de las empresas forestales.
Están anunciando la muerte y la represión. Que la cruz de los brazos sea nuestra última respuesta. No podemos tolerar esta situación represiva, vestida de civilidad y ley, con sangre de bestia y sed de hiena.
2 comentarios:
Sería bueno acompañar el texto con imágenes. No tengo idea por qué, pero sería bueno.
Un dato ad-hok: Ayer los músicos que tocaron en el rockodromo en la actual versión de los carnavales culturales de Valparaíso se hizo una fuerte mención a la situación de los presos políticos mapuches, incluso unos individuos subieron sobrepasando las medidas de seguridad con el fin de exhibir un lienzo que solidarizaba con la causa.
Ahora, interesante sería analizar hasta que punto sirve la "solidaridad" con temas tan puntuales como estos.
Lamento también que el puto blog no lo lea nadie, a veces uno se siente gritando, mirando hacia el mar, en las orillas de una playa.
Encuentro inconcebible que la policía tenga que extremar esos recursos, como el caso de matar a alguien, sobre todo cuando esa gente que muere, muchas veces, está luchando por sus justos derechos.
Sin embargo, y en esto creo que difiero de mi tocayo, se discute de la violencia y represion que ejercen los carabineros, y no se muestra el otro lado de la moneda. Los policias muertos, quemados, etc por grupos subersivos que, a lo mejor, no tienen nada que ver con la huelga, pero arcanamennte participan de ella.
Los 2 lados deben mejorar y ser sancionados en caso de llegar a la violencia para proponer su punto de vista.
Eso creo yo.
Publicar un comentario