La FECh no puede seguir tiñéndose amarilla

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El agua oxigenada que cae sobre la Universidad esta vez tiene un nuevo nombre: 'Izquierda en movimiento'. En movimiento hacia la derecha, será.

En realidad, estos autodenominados 'De izquierda' no hacen más que burocratizar la agitación estudiantil, realizar una política encerrada en cuatro paredes, como cualquier logia masona que no tienen cabida en un contexto de Universidad, Proponer y llevar a cabo soluciones lejos de lo que conocemos como 'revolucionarias', maquillando el modelo neoliberal de mercado, monstruo gigante que nos destruye invisiblemente cada día, como es bien sabido. Se bañan en actitudes paternalistas, donde se actúa bajo la lógica de 'nosotros pensamos propuestas por ustedes'. Todo eso no merece un apelativo menor que el de Conchasdesumadres.

Señores, la FECh está siendo maniqueada desde hace tiempo, desde que los amarillos de la Surda, amplia y hoy izq. en moviento ocultan las inciativas de los estudiantes porque no les conviene al poder que conservan desde la lejanía de todos nosotros. Iniciativas como el Congreso Estudiantil, donde cerca de 2500 firmas fueron ignoradas por los dirigentes de ese tiempo. O como el referendum de este año, donde a pesar de los tantos argumentos (como el voto tendencioso, el derribo de una puerta en Recursos de Antumapu por parte de gente de la FECh, la poca participación estudiantil, etc.) para no hacer la toma de casa central bajo ese petitorio tan lejos de las aspiraciones de todos nosotros, estudiantes.

Nos prometen, además, la llegada de una carrera chica a la FECh, como lo es periodismo a través de Ursula Shüller. Siendo que no es más que una falacia publicitaria para conseguir votos, porque la FECh claramente ES DE TODOS, y no de un puro pregado. Estrategia igualmente repetida por la gente de la alianza JS-JJCC en el caso de ciencias sociales.

En conclusión, es necesario crear un bloque social que no dependa de unos pocos que se dedican a impulsar mini reformas que no buscan un mejor futuro ni para la Universidad ni para Chile.

Camilo Espinoza